September 30, 2009

Empezando por uno mismo

Premisa 1: Filosofando acerca del grado de descomposición de nuestro país, concluí que la mejor manera de empezar a jalar hacia adelante es con educación. Ya sé, no es nada nuevo. La educación nos da una nueva forma de ver las cosas, nos da valores, nos da criterio y sentido común. Aprendemos de otras culturas, nos ayuda a valorar lo que tenemos y a añorar lo que nos falta como nación. La educación nos permite quitarnos el velo con el que nacemos en los ojos, y nos hace desconfiar y criticar, analizar y cuestionar las cosas. En general, la educación nos hace un pueblo más fuerte y menos cabizbajo.

Premisa 2: Un día conocí a unas alemanas. Ellas hablaban obviamente alemán, pero también hablaban un inglés perfecto, y por si fuera poco, en su escuela les enseñaban español (ya podían hablar más o menos bien). En particular me llamó la atención que aprendieran español, no es como lo que tiende a ser "el idioma del futuro". Lo importante es que no tienen problemas de idiomas, salen de su país, a cualquier otro donde no hablan alemán, y pueden comunicarse. Eso abre las puertas. En México, conozco a pocas, muy pocas personas, que pueden hablar inglés que dé gusto escuchar. Como que a nivel general de la población, no es una prioridad (con trabajos sabemos hablar español). Esto a la mayoría de nosotros nos cierra las puertas, no nos da la confianza para hablar fluidamente en otros países, con otras personas. Hace falta más educación de otros idiomas, no solo inglés, por qué no chino, o francés o esperanto o cualquier otro. Aprender otro idioma también revoluciona la mente y te da acceso a otras culturas.

Premisa 3: En los tiempos antiguos, los ancianos eran los sabios de la familia. Cuando alguien tenía un problema, iba con el abuelo para pedir un consejo. Las decisiones estaban apoyadas en la experiencia de las personas más grandes... En la actualidad, las personas viejas (a partir de los 40 años!) empiezan a ser relegadas, no encuentran empleo tan fácil, y se confía más en la habilidad de los más jóvenes. Son otros tiempos, y los más jóvenes tienen más ventajas (además de otras cualidades). Sin embargo a veces es más importante la experiencia que la agilidad. Pero para que esto funcione, los que ya sabemos algo, debemos compartirlo. Enseñar lo que uno sabe con los demás permite un crecimiento exponencial, porque si uno enseña a 2 o 3, y ellos mismos enseñan a otros... bueno ya saben.

Conclusión: Hace ya 6 semanas empecé a dar clases de inglés a niños que son mis vecinos. Son 10 niños entre 7 y 11 años. Cada sábado, una hora. Y las clases son gratuitas. La verdad no me quita nada dedicar una hora a la semana para enseñar un poco de lo que yo sé. Tal vez no terminen hablando un inglés perfecto, pero lo importante es que se divierten y aprenden cosas nuevas. La clase la llevan ellos, deciden qué quieren aprender y eso estudiamos.

Siempre estamos quejándonos que si el sistema o que si el gobierno no nos da lo que necesitamos. Pero, cómo quejarnos si no ofrecemos? Podemos empezar por nosotros mismos a generar esas cosas que nuestra gente necesita. Solo es cuestión de decidirse. Tú también sabes cosas que los demás no. No te animas a dar clases gratis?

3 comments:

thegeekinside said...

Es muy cierto lo que dices, el cambio va de adentro hacia afuera, y siempre hay que ver la manera de hacer algo por nosotros y por los demás.

Aquí iría muy bien una frase de un famoso filósofo alemán: "Nadie tiene derecho a criticar el pasado si no hace nada por el futuro"

Miguel Zúñiga González (miguel~1.mx) said...

De hecho, tu inspiración (cuando preguntabas por recursos en inglés) me motivó a hacer lo que se supone estuve estudiando estos últimos cuatro años: enseñar idiomas. Sinceramente, el "sistema" me había desilusionado un poco... pero lo que comentas es lo que queda. Había ya tenido experiencias diversas alrededor de un aula de idiomas (los alumnos son lo mejor, las instituciones, pues...), y tiene muy poco que comencé así, como tú lo planteaste entonces, a dar clases de inglés, sólo que en mi caso es para adultos jóvenes, así, "de a grapa", y hasta ahora todo va bastante bien. En otras ocasiones he tenido experiencias muy gratificantes (y voy a decir "llenadoras" en el buen sentido de la palabra...), espero que en esta pueda llevar ese barco a buen puerto.

Es cierto: el tiempo no alcanza si uno no se administra. De igual manera que con el dinero, hay que saber a quién y cómo darlo, e inclusive se debe ser más celoso con el tiempo, pero me recordaste algo que pensé que no tenía valía en este mundo material: las mejores cosas de la vida son gratis (Linus Torvalds dice "El software es como el sexo: cuando es libre/gratis es mejor.") y hay en muchas ocasiones mejores recompensas que el dinero (sí "hay cosas que el dinero no puede comprar...") y a veces "de donde menos esperas salta la liebre..." Tu experiencia me ha platicado de ello, y el privilegio de haberte conocido me lo ha confirmado. ¡Excelente post! ¡Y felicidades por tu labor!

Unknown said...

Coincido que lo de los idiomas nos cierra puertas, pero los paises europeos son tan pequeños que sus habitantes tienen esa nececidad de hablar varios idiomas: si viajas por tierra unas horas hacia cierta zona llegas a un país donde se habla alemán, unas horas hacia otro lado y ya hablan italiano, hacia otro lado y ya hablan francés, hacia otro y ya hablan polaco o griego o húngaro. Aquí te puedes mover días, cruzar varias fronteras y seguirás encontrando gente que hable español. Es decir, podemos aprender alemán, pero para practicarlo en el día a día, alemania no nos queda precisamente a la vuelta.
Siguiendo tu ejemplo, ya estoy tratando de hacerme un tiempo para dar clases sabatinas de algo en mi unidad, aún no se de qué :( pero algo aportaré :)